Ciudad del XIII

Todos esperan el correo

Claves para Comprender la Historia, Horizonte Bicentenario 2010-2016 - Año 5 - Nº 24, julio de 2013 - ISSN 1852-4125

 

 

María Cecilia Rossi

 

Que el Año XIII es un espacio temporal que por Santiago pasa de largo, en muchos sentidos, resulta una realidad dolorosa para los propios santiagueños, que no hacen más que mostrar un grado bastante alto de confusión por los cambios políticos que se van produciendo y como los están afectando.

Los tramos que articulan el último mes de 1812 y el primero de 1813, verán varios recambios de Gobernador, situación que en momentos muy convulsionados se hacía casi una constante consultando el mejor servicio de la Patria y por orden de Manuel Belgrano. Recordemos que el Gobernador José Prudencio Vargas fue promovido a  Capitán de la Compañía de Alabarderos de Mendoza[1], en su reemplazo se nombró al Teniente Coronel Esteban Hernández, que gobernará menos de un mes siendo reemplazado por el Capitán Mariano Sarassa en atención a su mérito, suficiencia y patriotismo[2]. Como últimos actos de gobierno, Vargas circuló dos órdenes del Superior gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de Manuel Belgrano Brigadier de los Ejércitos de la Patria y Coronel del Regimiento N° 1 y General en Jefe del Ejército Auxiliar del Interior, comunicando el indulto a todos los desertores del ejército y la posible reincorporación con carácter de voluntarios[3] y la devolución al Estado de todas las armas que permanecieran aún en poder de particulares mediante falsificación de documentos públicos y si no cumplieren con la orden serían castigados aún con sus propias vidas[4].

El año santiagueño de 1813 transcurre en su primera mitad con un Manuel Belgrano desde el Norte comenzaba a ordenar políticamente la situación santiagueña tratando de poner un poco de orden en el escándalo con el saliente Alcalde de 1er. Voto Germán Lugones que fue denunciado por romper los Libros de Acuerdo en una discusión de las habituales pero más subidas de tono por los cargos a ocupar, y por ello, expresaban los cabildantes, tenían en presencia a un Teniente de Gobernador al que no podían asentar su juramento en un libro que vaya a saber qué pasó o donde estaba. Por otra parte las responsabilidades mayores del Cabildo y que se correspondían con las del Alcalde de 1° Voto no se atendían porque no solamente no estaba en Santiago sino en buenos Aires atendiendo sus negocios sino que desde la capital se le ordenaba al Cabildo santiagueño no cubrir el cargo[5]. En fin, esto que trataba de arreglar Manuel Belgrano desde Tucumán no era más que los consabidos y antiguos pleitos aldeanos en el que desde 1810 tenían una gran injerencia las autoridades capitalinas. Pero no dejaba de ser un pleito aldeano que consumía las energías de unas autoridades locales y porteñas quienes deciden, finalmente, separar de su cargo a Lugones y ordenan a los capitulares que se manejen con compostura y decoro[6]. Esta última afirmación, de manejarse con compostura y decoro, podemos afirmar que recorre transversalmente los tomos de las Actas Capitulares, pero cierto es, que se profundiza desde la crisis del orden colonial.

Los inicios de Santiago del Estero en el marco de la Asamblea del Año XIII

Claves para Comprender la Historia, Horizonte Bicentenario 2010-2016 - Año 5 - Nº 21, abril de 2013 - ISSN 1852-4125

 Maria Cecilia Rossi

Como se hizo históricamente, el 1º de enero de 1813 se reunían los capitulares en la Sala Consistorial, bajo la presidencia del Teniente de Gobernador José Prudencio Bargas, junto con el Alcalde de 1er. Voto Germán Lugones, el Alcalde de 2º Voto Tomás Juan de Taboada, el Regidor Alférez Real Manuel Gregorio Caballero, el Regidor Defensor de Menores Antonio Zilbetti, con el objeto de recibir y juramentar a los electos que desempeñarían los cargos para los que fueron votados. Al respecto debemos recordar que, también como se hacía oportunamente habían sido elegidos en el mes de octubre del año 1812 y que el Gobernador Intendente -generalmente-confimaba, como fue en este caso.

¿Quiénes serán los hombres que regirán los destinos de la antigua “madre de ciudades” en un año tan importante como fue el de la Asamblea del Año XIII? Pedro José Frías Araujo(1)  fue electo Alcalde de 1er. Voto, pero su ausencia de Santiago del Estero al momento de ser juramentado, en tanto se encontraba en Buenos Aires atendiendo sus propios negocios, generó una situación un tanto complicada que quedará en potestad de los capitulares salientes el poder resolver, quien lo reemplazará o que actitud asumirán, también de acuerdo a las indicaciones que recibieran. Luego tomaron un juramento colectivo al resto de los capitulares: Gregorio Antonio Díaz Juárez Baviano como Alcalde de 2º Voto, Roque Jacinto Vieyra Zuasnábar(2) Regidor Alcalde Mayor Provincial, Domingo Cainzo como Regidor Defensor de Menores, Mariano Santillán Alcalde de 1er. Voto con depósito de vara por la ausencia de Frías, y Juan Antonio de Herrera Aguirre(3) como Regidor Llano. El Procurador de la ciudad Pedro de Urréjola, Alcalde de la Santa hermandad de curato de copo Ignacio Argañaráz, por el Partido de Loreto juramentaba Bartolomé Lugones.

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